domingo, marzo 26, 2006

El abismo

Bueno, me acabo de fijar x encima y e llegado a la asombrosa conclusion d q llevo meses sin publicar nada. Lo q es bastante traumatico, ais q publicare algo. No es nuevo y en su momento no lo considere lo suficientemente bueno para ser publicado pero...en situaciones d necesidad. Asi le damos animo a esto, mientras intento q mi word de algo mas productivo. A ver q os parece(pediria encarecidamente comentarios...aunq sean d media linea...x favor T.T)


Quien juega con fuego, se quema...


No se cuanto tiempo pasé allí, sentada en la incomoda silla de la estación, balanceando los pies. Ya no lloraba. Creo que por primera vez en mi vida entendía eso de ‘quedarse sin lágrimas’. Aunque tampoco tenía ganas de llorar, había tomado la decisión más importante de mi vida y allí estaba yo, segura y confiada... balanceando los pies.
Cada uno de los trenes que pasaban sacudía el suelo de la estación subterránea. Cada uno de ellos ‘era el último’, pero mis piernas seguían balanceándose y mi cerebro repetía ‘en el próximo, lo haré’.

Era para mi tan familiar, que cuando los recuerdos invadieron mi mente casi suspiré de alivio. Tanto tiempo sin pensar había sido extraño. Pero esta vez, los mismos funestos pensamientos de siempre no provocaban en mi las reacciones pasadas. Otra vez pensé que tal vez se debiera a la decisión que había tomado. Sí, seguro que era eso. Aunque era extraño. Nunca en mi vida había pensado en suicidarme, pero realmente no creía que pudiera ser así.

Los micrófonos de la estación tronaron una vez más. Apenas escuche la dirección... había decidido que sería aquel. Me puse de pie con cierto esfuerzo, apenas sentía mi cuerpo por lo que no era fácil manejarlo. Me acerque a la vía con los demás, aunque no recuerdo haber visto a nadie. Para mí agotada mente ese era el final, y en ese final solo estaba yo. Ni siquiera mi cuerpo.

Algo, muy dentro de mi se derretía. ¿Serían lágrimas? Y si era así ¿quien lloraba? Me pregunté a mi misma distraída mientras el monstruoso tren de color rojo entraba en la estación a toda velocidad. Segundos. Mis últimos segundos... tomé aire.
Pero no salté, el mundo se paró a mí alrededor una milésima de segundo y siguió girando. Para mí y para todos. Por pura inercia entré en el tren con los demás, nadie había reparado en mí ni en lo que estuvo a punto de suceder.

Me agarré fuerte al tirador de un tren al que no debería haber subido, respirando a bocanadas el aire que no debería haberme pertenecido. Sentía mi corazón acelerado, mi mente estaba aun confusa pero yo... yo estaba feliz. Había estado al borde de un abismo y no había caído, quizás esa era la señal que siempre esperé. Creo que sonreí, aunque no recuerdo bien. Mire a mí alrededor anonadada, como quien mira por primera vez el mundo. Por lo menos así lo me sentía.

Mi mirada se fijo en uno de mis compañeros de vagón. No sé porque él, supongo que porque él a su vez me miraba a mí. O quizás fue el movimiento de sus manos. ¿Sus manos? Me fijé en una de ellas en el momento en que se abría un poco la camisa. Creo que mi mente llegó a la conclusión correcta en una fracción de segundo, pero él fue más rápido aun. Ni siquiera pude gritar, antes de que el tren saltara por los aires...

Quien juega con fuego, se quema...

sábado, marzo 25, 2006

Las putas montañas

Ultimamente muchos de mis denominados intimos se me acercan y me preguntan que si me pasa algo, que si estoy enfadado con ellos, que me notan cambiado, y cosas de esta indole. Lo cierto es que yo me noto como siempre asi que, preocupado quizás por que fuese cierto que en algo he cambiado, he meditado sobre como soy y "como era". Para estos que me habeis preguntado he econtrado una respuesta parcial. Y digo parcial por que no es una respuesta que justifique que esté "raro" del todo; ni definitiva, vaya. La expondré a modo de historia (sacada del capítulo 7 (creo) de Samurai Champloo, por si os interesa xD) que dice así:
"Hace mucho, mucho tiempo (como en toda historia que se precie) vivía un Maestro escalador de montañas. Era un hombre magnífico, el vivo ejemplo de superación personal, fuerza y perseverancia. Era llamado Maestro por todos ya que era incluso mejor que aquellos que se hacían llamar "la élite". Cada día subía a lo más alto de una gigantesca montaña y volvía a bajarla. Pero, cómo no, la prueba de que en verdad era un Maestro era tan solo el reflejo de un rumor, pues nadie jamás podría acompañarlo en sus viajes a lo alto de las montañas para corroborar lo increiblemente bueno que era escalando montañas. Un día, el Maestro escalador de montañas decidió subir la montaña mas alta que el hombre conocía. La subió, se las ingenió para construirse una modesta casa y se quedo a vivir allí. Con el tiempo, el Maestro se volvió tipo taciturno y solitario. Fin."
Libre interpretación. La historia original que se cuenta en la serie no es exactamente esta, lo cierto es que no recuerdo todos los detalles, pero tal y como la cuento me viene bien; me llamó la atención al oirla y pensé que sería buena respuesta a cierta preguntas. En fin... xD
P.D. Prometo al menos una publicación por aquí para esta semana, por si hay algún interesad@
P.D.2 Prometo obligar a la Srta. Paix a que también escriba ella, aunque estamos los dos como si no ultimamente xD
P.D.3 Me pica el pie... º(>_<)º xD

miércoles, marzo 08, 2006

Late, por tí

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No todo iba a ser escrito ò_o xD Aquí tenéis un trabajo conmemorativo de un aniversario, el mio y de Carolina (muaaaaaaacks! ^^). En principio, solo quería hacer una simple firma para exponer en foros, pero ha acabado tal que así o_____O"
Es muy simbólico y explícito, creo que podréis distinguir con facilidad qué es cada cosa. Es "mi corazón"; ha quedado a la par complejo y simple (simple por que mi corazón es algo más complejo y complejo... no sé, miradlo, es un poco caótico ¿no? xD)
Aprecio comentarios y sobre todo críticas (aunque me da a mi que no hay mucho diseñador que se pase por aquí ~o~
Dedicado, faltaría más, a la niña de mis ojos. Acepta este humilde presente como otra muestra de que te adoro. Este corazón, desgastado, oscuro y podrido late por ti. Mi corazón. Es todo lo que puedo ofrecerte.