sábado, diciembre 29, 2007

Óyeme

¿Quieres saber porqué?

Hace tiempo preguntaste por qué y yo hoy te respondo. He tardado tiempos infinitos y viajes con sabor a sal. Pero hoy respondo. ¿En la oscuridad de la noche, tú noche, escuchas el clamor del alma? ¿En los fondos de tu mente oyes susurrar fantasmas? Escribes. Para darle forma a las sombras, tú escribes.

Lenguaje incomprensible de notas no articuladas. Las letras. Las letras de tu mente, de mi mente, torrente de ideas, de símbolos, de notas sin sentido y sin vergüenza. Es el lenguaje del alma, o de las sombras. Universal. Si alguna vez no te entiendo, perdidos ambos, confusos, háblame en el lenguaje de las musas silenciosas.

¿Y si yo te hablo a gritos? ¿Si no pronuncio palabras? A la luz del sol las cosas no se ven. Conviérteme. Se mi voz, mi mente, mi yo. Si yo no pudiera hablar, en las sombras silenciosa, tú serías para mí partituras y notas. Toca para mi, hermano, la canción de la victoria. Silenciosamente, yo sonreiré en la derrota.



Las musas me unieron a ti. Aquí mi pequeño tributo a su custodia, y mi máximo agradecimiento por ponerte en mi camino. Te quiero Miguel.

domingo, diciembre 23, 2007

Ingravidez

"¡Quédate conmigo!..."

Desastrosa ingravidez de sueños vacíos. Mundanos. Arrancarse el corazón, sonreírle a la vida o al amor, perderse en tu presencia. Desastrosa ingravidez. Sueños vacíos y mundanos.


Madruga sin amanecer en mi cripta solitaria. No hay sol, ni reloj-despertador. Ni principio ni final. No hay piedad ni descanso. Soledad. Me gusta la soledad. Pero hoy sólo quiero gritar a los fantasmas burlones que rodean mi oscuridad. Callad. Por Dios, por piedad, callad. Dejadme, dejadme pensar.

Muro incontenible de nublosas sensaciones. Maldito desierto de ideas a medio crear. Crujidos rabiosos de viejos silencios. Ciego mar de ciegas playas donde varan, insensibles, pesados barcos soñadores. Silencio. Ni quiero ni puedo pensar.

Déjame ser arena en el viento. Déjame ser ola en el mar. Déjame pertenecer a la tierra, déjame. Pero detén este alud de palabras no pronunciadas. Ataja, rápido, el avance de este eterno mal. Dame mil momentos de silencio. Dame sólo un momento de paz.

Déjame ser yo. Pero no me dejes a solas conmigo.

lunes, diciembre 03, 2007

Retorno

[Cómo deciamos ayer...]


Hoy escribo de corrido y sin guión. Trapecista sin cuerda, Día de Estreno. Juego con dinamita en el momento de mi regreso. He vuelto mil veces ya, aunque quizás yo nunca me he ido. Irse y regresar, volver para seguir partiendo. En los giros de mi mundo siempre hay un epicentro.

Escribo sin escribir, sin deletrear palabras, escuchando el ritmo de mi voz en el silencio. Rostros difuminados rompen la quietud de mi momento. Silencio. O no podré terminar este eterno lamento.

Lo siento. Lo siento porque te quiero, lo siento. Por ser yo todo este tiempo, sin ser yo en ningún momento. Lo siento porque te quiero. Aunque niegue lo evidente. Una y otra vez te quiero, una y otra vez lo siento.

Te amo. Más que a mi misma, te amo. Con un amor verdadero, inédito, cruel y asfixiante. Con un amor que no es amor, inventado para las dos. Sólo dos. Dúo eterno, por siempre tú y yo. O quizás es que yo ya no soy yo sin tu amor.

Quizás. Puede que si o puede que no. Depende. Quizás te quiero ya sin saberlo, y te quiera por siempre jamás. Quizás no lo haga nunca, quizás no seamos ‘tú y yo’. Te esperaré en la sombra de los álamos, donde el silencio calle mi ansiedad. Donde las musas lancen a suertes el rol de mi eternidad.



Besitos eternos, Paixy ^^